La Jornada de Omagua y El Dorado: Francisco Vázquez y Pedrarias de Almesto

Lope de AguirreEntre las crónicas de Indias de la segunda mitad del siglo XVI existe un corpus importante de testimonios que relatan los acontecimientos de lo que se llamó la Jornada de Omagua (Amagua en algunos casos) y El Dorado. Las crónicas cuentan cómo Diego Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete y virrey del Pirú, tuvo noticia de una provincia que llamaban Omagua, situada en el cauce del río Marañón, actual Amazonas, en la que había grandes riquezas y donde podría ubicarse el mítico Dorado. El virrey dio poderes al navarro Pedro de Ursúa, amigo suyo, para que fuese a descubrir dichas provincias, nombrándole gobernador de las mismas. La fuente de estas noticias fueron unos indios brasiles que habían llegado al Perú y que “contaron grandes cosas del río y de las provincias a él comarcanas, y especialmente de la provincia de Amagua, ansí de la muchedumbre de naturales y riqueza que en ella había, por lo cual pusieron deseo a muchas personas de las ir a ver y descubrir” (Vázquez, Relación de todo lo que sucedió…, fol. 1v).

La jornada, organizada como una entrada o expedición de conquista, no solo no encontró las tierras de El Dorado, sino que derivó en una serie de rebeliones y muertes, comenzando por la del propio Pedro de Ursúa, por las que pasaría a la historia el “tirano” Lope de Aguirre, caballero natural de Oñate, que acompañaba a Ursúa en la jornada y terminó haciéndose con el control de la expedición. Las relaciones nos informan de las numerosas muertes de las que fue responsable, tanto entre los expedicionarios, conocidos con el sobrenombre de “los marañones”, como entre los habitantes de las zonas por las que pasó la expedición. Tras más de nueve meses de recorrer el Amazonas desde su embarque en el Perú, Lope de Aguirre llegó a la isla Margarita, pasando desde allí a la gobernación de Venezuela, donde finalmente sería muerto él también en Barquisimeto, no sin hacer antes todo lo necesario para que, como nos dice Vázquez, al menos la fama de sus crueldades quedara “en la memoria de los hombres para siempre que hubiese mundo” (Vázquez, Relación de todo lo que sucedió…, fol. 111r).

Se trata de un episodio de la historia del que hemos conservado numerosos testimonios tanto directos de soldados que participaron en la jornada como indirectos. La Relación de todo lo que sucedió en la jornada de Amagua y Dorado de Francisco Vázquez es una fuente fundamental en este conjunto de textos y representa un caso excepcional para estudiar aspectos como la figura del autor o cuestiones de autoría en el siglo XVI.

Pedrarias de Almesto, otro soldado que, como Vázquez, participó en la jornada, elaboró su propia versión a partir de la escrita por aquél. La práctica habitual a la hora de editar esta Relación, desde que se publicara por primera vez en 1881, ha sido la de reproducir la versión de Almesto a nombre de Vázquez. Sin embargo, desde la perspectiva de la autoría o la intención de autor de ambos marañones a la hora de escribir la relación, ambas versiones son obras diferentes, por lo que es necesario restaurar el texto de Francisco Vázquez, así como las dos versiones de Pedrarias de Almesto.

Sobre esta problemática textual escribí un artículo (“La Jornada de Amagua (Omagua) y Dorado: entre Francisco Vázquez y Pedrarias de Almesto”), publicado en Taller de Letras, NE1, 2012, pp. 35-49 y que podrá descargar en el siguiente enlace: http://dspace.unav.es/dspace/handle/10171/23727

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  1. El manuscrito inédito de Pedrarias de Almesto sobre la «Jornada de Omagua y El Dorado» « Por vista de ojos

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